jueves, 15 de octubre de 2009

.Que últimamente llueva tanto no es normal, y tampoco lo es que piense tanto en ti. Me gusta como huele a lluvia, cuando las gotas me tocan la piel y me recuerdan que estoy vivo. También me gusta que me recuerde a ti, a tu voz, y a que me mires y no te contengas y te rías. Cuando escucho el ruido de la lluvia, es como si estuvieras aquí, te siento más cerca, mucho más cerca de lo que estás. Supongo que deberé acostumbrarme a no estar cerca tuyo, a que una vez más vuelva a llover y a verme a mí mismo pensando en cuando te volveré a ver. Tú das un poco más de sentido a estas tardes. La lluvia me vuelve melancólico tanto como el saber que quizás no siempre estarás.

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