lunes, 30 de marzo de 2009

Como un ovillo de lana.

Bueno..

Día de hoy:

·Hoy es 30 de Marzo,haría un año y 3 maravillosos meses con S pero...el destino a querido que no sé cumplieran.

Bueno,todo el día he estado con el,ha sido lo más raro del mundo pero me he reído con el,de el y el de mi.Estaba todo lo feliz que podía estar y para mejorar todo, al acabar las clases me dice: Te llamo o me llamas?.

Me llama y me dice que salga..voy a su casa y me besa, me besa, me besa ,me besa y me besa...yo MUERO.
Pero después de ese arrebato de pasión,me mira y me dice que ya no va a haber más,esto era como una especie de despedida,me ha gustado despedirme,porque,el tenia razón no me quiere,pero no es su culpa que me haya dejado de amar,le pregunté porque lo sabia(que no me amaba):
Es que...cuando te miro a los ojos no siento nada,y cuando te beso,tampoco.
Justo ahí lloré,lloré como nunca he llorado,lloré entre sus brazos fuertes lloré mientras el me mecía en sus brazos y me pedía perdón por no quererme como algo más que amigos,el me ve como una amiga más. Me abracé a el como una niña..lloré tranquila porque,sus brazos me protegían.
Quiero quedarme así toda la vida-pensé.
Pero no pudo ser el cariño se acabo y volvió la tristeza.

Pero ese era mi ultimo adiós y no me arrepiento de haberlo vivido,no me arrepiento de todo lo que he echo contigo S. No me arrepiento de NADA ni lo voy a ha hacer..(L)

Porque en este tiempo has sido mi vida nos hemos amado como nadie..lástima que el amor por tu parte haya acabado...

Pero el tiempo que pasamos juntos,todos los recuerdos todas las cartas..SIEMPRE quedarán.
Siempre me voy a acordar de como me miras,de las rayas verdes de tus ojos,de los 37 lunares de tu pecho de los 21 de tu espalda...

Aun huelo a tu colonia..me dormiré con el sabor de tus besos durante unos días más,eres la más preciada droga y yo soy tu drogadicta,adicta a ti, adicta al color de tus ojos, adicta al aroma del amor que me dabas, adicta a tus caricias.

TENGO MONO DE TI.

domingo, 29 de marzo de 2009

..Sola.

Hola bueno se que hoy ya he escrito pero no tardaré nada,son las 00:48.

He hablado con el,me ha llamado,hemos hablado,estaría saltando de alegría toda mi vida,pero parece ser que como siempre hay algo que lo estropea todo,ese algo soy yo.

[Ahora que e me acuerdo me cree este blog para que el mundo me escuchara,pero parece ser que hasta en este sentido me da la espalda]

Hemos hablado de nuestro fin de semana pero la conversación fue hacia otro sitio sin que yo lo planease y como no se jodió. Me siento tan sola que juego a que soy otra persona y tengo amigos y tengo novio y SOY FELIZ porque por dentro siento mi vida marchar gota a gota,con la sangre negra de odio me voy de este sitio.

Y colgó como siempre me quede con el teléfono en la oreja esperando oír de nuevo su voz,tan perfecta, tan brillante que deslumbra. Pero en vez de su voz volví a escuchar el maldito pi.. y lloré de rabia y de odio por no poder hacer nada,de pura impotencia,parecía realmente gilipollas con el teléfono comunicando en la oreja y llorando, mientras por mi mente pasa su nombre repetidamente..una y otra vez.

Siempre que se que algo me va a doler,cuando me vacunaron, o cuando estoy triste pienso su nombre miles de veces y me calma no me duele pienso que es por el.

Creo que me he perdido en el límite del amor y la obsesión.Le hecho tanto de menos que recorro sola los lugares donde estuvimos alguna vez pensando que estará allí esperándome, siempre.

Pero no,y me pide que no le espere..pero repito...le voy a esperar SIEMPRE.

Son las 00:58, solo son 10 minutos de reflexión.

No lo olvides,cada cenicienta tiene su media noche.


No soy muy dada a escribir en blogs o lo que sea lo que me ocurre y si lo hago,a nadie le importa nadie me opina...o al menos son muy pocos los que lo hacen..


Pero tengo ganas de escribir,tengo ganas de que el mundo sepa que soy tonta.


Simplemente le quiero llamar, y no me creo que después de 1 año 2 meses y 22 días de relación no me atreva a hacerlo,tengo miedo de la respuesta que me pueda dar, tengo tanto miedo que el estomago se me retuerce cuando empieza a sonar el horrible pi pi, no puedo más cojo y cuelgo.


Soy tonta completamente demostrado...


Lo sentimientos son una mierda una verdadera mierda...pero a pesar de todo sé...que si no esistieran moriría de aburrimiento.



Por qué a las personas malas les va tan bien?

Toda aquella gente buena que conozco esta mal,todas las personas malas que conozco les va de puta madre...


En este mundo la suerte esta mal repartida,quisiera encontrar al que le toco repartirla y enseñarle lo que me produce la mala suerte.


Pero menos mal que esto solo es el principio, quiero hacerme mala,quiero suerte..pero sé que aunque lo intente no voy a ser mala..

Aun ahora con el corazón en un puño,quiero ir a una montaña a gritar que TE QUIERO

sábado, 28 de marzo de 2009

Rayo de Luz

Hoy, nada más hace unos instantes en la oscuridad total,en parte por el apagón mundial y en parte por mi tristeza. A aparecido un rayo de luz tan brillante que creo que me ha cegado,aun estoy metida en ese rayo de luz, que no se vería de no ser por el polvo que hay en el aire..

Me siento una mota de polvo que vuela y vuela en el rayo de luz y que no va a escapar nunca más de la cegadora brillantez.

La luz ha empezado a derretir el muro de hielo con el que me recubrí el corazón para no sufrir,
y me duele porque el hielo ya no me protege, porque mi corazón late como cualquier otro a un ritmo demasiado rápido y descordinado.


Intente seguir mi rayo de luz mi esperanza pero resulta que al querer salir volando me choqué con a ventana.

domingo, 22 de marzo de 2009

Adiós.

Bueno hoy se acaba todo definitíbamente no se como pedirle solo una cosa, solo quiero una ultima mirada, solo quiero que me diga no te quiero, no es tan difícil,
Si el esta tan seguro de que no me quiere que me lo diga a la cara tampoco es tan difícil.


No quiero aceptarlo no quiero no quiero no quiero
Voy a seguir esperando todo lo que pueda si me muero aquí sentada esperándole,será lo mejor.

Odio esto odio fingir que estoy de puta madre cuando me muero por dentro,dios..

no puedo ni escribir..

lunes, 16 de marzo de 2009

Con el nudo en el estomago.


La verdad es que ahora mismo estoy echa un lío...

Ya no sé si le quiero y le odio me he perdido en la frontera de lo prohibido y la locura, ya no sé si estoy totalmente cuerda, pero aún sé que soy tonta perdida.

Creo que soy sadomasoquista, puesto que se que estoy sufriendo cual cochino acuchillado y sigo ahí en el pie de la batalla, sigo luchando en la guerra que ya he perdido.

Pero no es su culpa ser así, simplemente son líos de tíos.


sábado, 14 de marzo de 2009

...Amor...


Ahora, lo necesito necesito desahogarme....

Pues hoy...lo admito con él yo...ya no tengo nada
No lo quiero aceptar pero esque no tengo nada.
Lo nuestro se acabo hace ya mucho tiempo.
Ya no me quiere como antes ni le importo nada.


En la pareja siempre hay alguien que quiere más, lo sé,pero antes estabamos...más igualados..
Y siento que el ya no es el mismo,ya no me mira igual.
Ya no soy nada para el me siento aire soy un simple soplo de aire que cruzo su vida...en un abrir y cerrar de ojos.


Nunca había estado tampoco tanto tiempo con nadie, este año y buaf 2 meses y 14 días...se me han pasado en un suspiro no me ha dado tiempo a saborearlo y intento atarme a algo pero no me puedo atar al viento.
Ya no esta enamorado de mi...simplemente a quedado ese cariño...que queda cuando dejas de querer..

Y parece que el amor solo es jodido para unos pocos, ¿por qué yo no puedo levantar una minima sonrisa y él se ríe a carcajadas?

He querido sentirlo todo pero no consigo nada cuanto más tiro menos recojo..
Si no me quiere por qué no me deja...

Si no me quieres ¿POR QUÉ ME LO DICES?


Me como todas tus mentiras,beso el suelo donde pisas...y lo que recibo solo son patadas...
Pero...aun así, no me ago a la idea de vivir sin ti, la gente me dice que esto es una relacción enfermiza, quiero enfermar si tu eres mi enfermedad.

Te amo más que a nada en este mundo...pese a todo esto...de lo que ...me quejo.
Aunque me queje sé, que con una sonrisa lo arreglarás todo.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Love is a drug

Todo empezó en aquella extraña noche sin luna, cuando me desperté sobresaltada por el ruido de un motor. Me levanté torpemente y fui hacia la ventana; no quería que me viesen, así que simplemente asomé la nariz. En la espesura de la noche, pude distinguir su rostro, tan hermoso que me parecía irreal. Él bajó de la moto de un salto y corrió hacia el patio trasero, estaba pensando que no me había visto hasta que se le escapó una risotada silenciosa y canturreó por lo bajo: - Estaría muy ciego si no distinguiera tus preciosos ojos desde aquí- .Inmediatamente me ruboricé tanto que debía parecer un tomate.
Intente volver a dormirme, como no lo conseguí, me puse unos vaqueros rotos y un jersey azul azabache. Bajé a zancadas las escaleras casi estrellándome contra el frío suelo. En cuanto crucé el umbral de la puerta a toda prisa, me topé de lleno con sus fornidos brazos, él me propinó un buen puñetazo en el hombro, me mordí la lengua para no soltar otra de mis exclamaciones de dolor y claro, pareció haberle echo mucha gracia la mueca que debí poner, tanto que empezó a reír descontroladamente.
¿Qué te hace tanta gracia?-musité.
¿Pues que me va a hacer gracia, Alex?, ¡Tu careto!-masculló entre risas.
Gaspard Urlk, ¡cállate! – le chille.
Gaspard se sobresaltó por el tono de mi voz, pero tan pronto como vino su crispación me propino otro puñetazo, esta vez más flojo
Quejica -repuso con todo burlón.
El tiempo pasaba tan deprisa cuando estábamos los dos juntos, que no nos dimos cuenta de que estaba amaneciendo asta que desde mi casa se escucho:
¡¡ALEXANDRA!! , por supuesto, era la voz de mi madre. Me despedí de Gaspard con un buen codazo en las costillas.
Nos vemos en clase- le susurré mientras corría hacia el porche.
Nada más entrar en mi casa mi madre me recibió de brazos cruzados en el hall.
Alexandra María Russó ¿se puede saber donde has estado toda la noche?- me pregunto mi madre, estaba inquieta, no dejaba de mover el pie arriba a bajo, arriba abajo…
¿Alex? , ¿Sé puede saber que te pasa niña?- me insistió.
Nada mamá, estaba pensando…-contesté, pero mi voz se fue desvaneciendo con forme lo decía.
Esta chica siempre en las nubes –dijo mientras se iba hacia el salón.

Se oía la televisión desde el hall donde me había quedado de pie, como una estatua, pensando en mis cosas: pensaba en Gaspard, ese chico con el pelo cobrizo y los ojos color verde como esmeraldas. Rápidamente evité pensar en eso, no tenía ganas de quedarme empanada pensando en él… así que cogí mi mochila, miré el reloj de la cocina. ¡Mierda! Llegaba tarde, otra vez, el señor Cork no me dejaría entrar en la clase así que empecé la gran carrera. Me tropecé varias veces y el pantalón se me rajo aun más, el claxon de la moto de mi amigo me asusto pero pronto me subí a la parte trasera de esta y me aferré a el musculoso cuerpo de Gaspard. Íbamos a gran velocidad por la carretera, la adrenalina que desprendía mi cuerpo hizo que gritara. Él, río, con su risa cantarina pero varonil, con solo 17 años y tan maduro…
Cuando estábamos ya en la calle del instituto frenó de golpe, las asas de mi mochila se rompieron y esta calló al suelo, formando una fila de libros y papeles desparramados. Yo, me enfadé con Gaspard pues empezó a reírse de mí sin parar.
Recogí los libros metiéndolos en la mochila a regañadientes, la agarré como pude y me marché, indignada. Algo me agarró del brazo y me giró, suavemente, con dulzura. Mis ojos se quedaron perdidos en la profundidad de unos ojos verdes chispeantes, ahora, dulces. Gaspard me tendió un libro, como no contestaba, vagando dentro de sus ojos, lo metió en mi mochila y, se acercó a mí hasta que nuestras frentes se rozaron, sus ojos aún más cerca, no podría resistirlo más, sus labios a escasos centímetros de los míos…
Alex-repuso con dulzura.
¿Qué?-conseguí musitar sin aliento.
Lo siento, soy realmente gilipollas- se disculpo.
Esbozo una amplia sonrisa, tan ancha que vi sus preciosos hoyuelos. Concéntrate pensé...
No pasa nada, ahora…sólo tendrás que llevar mi mochila jájá- la dije entre risas mientras le lanzaba la mochila a los brazos y salía corriendo. Oí su risa, seguida de sus grandes zancadas. Pronto me alcanzo y, me elevo en sus brazos, pensé que corría hacia el instituto, pero en cuando me tubo entre sus brazos giró y corrió hacia la moto a la que me subió tras de si.
-¡Hoy nos tomamos el día libre!-gritó mientras arrancaba bruscamente.
Me agarré fuertemente a su torso. Mi desenmarañado pelo rojo, como el fuego, revoloteaba por la velocidad a la que ibamos.
Paró en un campo, lleno de flores bajo de la moto alzándome, cogió la mochila y me dejo sentada a medio kilómetro de ella, entre las margaritas.
Como de costumbre perdimos la noción del tiempo.
Puf-tirité de frió.
¿Quieres mi chaqueta?- Me sugirió
No...O...o- Tartamudee a causa del frío.
Puso los ojos en blanco, suspiró. Se quito la camisa y me la tendió dejando al descubierto su torso, ahora, desnudo. Me puse la camisa.
Estas muy guapa así-dijo sin dejar de mirarme.
La sangre corrió a mis mejillas dejándolas rojas por completo. Él, no aparto la vista. Me quede con la mirada clavada en mis piernas, no le miraría asta que se me fuera el color de la cara. Me sujetó la barbilla firmemente y así, me alzó la cara hasta quedar frente a sus ojos, una vez más. Se inclino poco a poco hacia mi, cerré los ojos; sentía su aliento en mis labios giro la cabeza lentamente hacia un lado. Cuando el rugir del motor de su moto nos sobresaltó antes de salir a la carrera me apartó diciéndome: quédate aquí, no te muevas.
Yo, como no, me quede allí tirada entre las margaritas deseando aquel beso que se demoraba más y más. Me acurruqué en el suelo y dos lágrimas rodaron por mis mejillas.


Corría por un campo lleno de margaritas, Gaspard me adelanto y siguió la carrera por delante de mi diciéndome ¡corre Alex, corre!, con una nota de pánico en su voz, y yo corría y corría pero no lo alcanzaba, ahogaba gritos de dolor mientras susurraba sin voz mi nombre…
Me desperté entre gritos y sudor, en sus fuertes brazos.
¿Alex?- preguntó algo asustado-¿Estas bien?
Me acomodé entre sus brazos.
Sólo ha sido un sueño- dije, sin prisas.
Tenía la mirada perdida, no sabía a donde miraba, finalmente me miró e intento esbozar su sonrisa más amplia, le mire, suspire y puse los ojos en blanco.
Vale, vale- y esta vez río de verdad- no se me da bien mentir.
No sé por qué lo hizo pero me dio un leve beso en la mejilla en el que apenas me rozó con los labios. Cuando lo hizo una descarga eléctrica me recorrió desde la cabeza a la punta de los pies.
Gracias por esperarme-dijo en un susurro apenas audible.
Gaspard, ¿dónde estabas?- le pregunté.
Miro hacia otro lado, respiro profundamente. Se dio la vuelta para mirarme con una sonrisa.
Vamos a mi casa-dijo esquivando mi pregunta.
Y eso hicimos fuimos a su casa en moto, y, mientras íbamos a toda velocidad en ella, mi pelo dejaba rastros de margaritas en el viento…

Al llegar a su casa abrió la puerta de un golpe y me dijo que lo esperara en su cuarto, yo, subí tímidamente y con un nerviosismo poco habitual en mi. Entré en su habitación, tan desordenada como siempre, y me senté en su cama aguardándole mientras pensaba que me había llevado asta su casa, a su habitación, para decirme que me quería, pronto salí de mi pequeño trance y suspiré largamente, soñar es gratis pensé.
Entro en la habitación de sopetón diciéndome que tenía que enseñarme una cosa muy importante. Trajo una especie de bicicleta llena de cables.
Tachan, es una máquina del tiempo- dijo exhausto de alegría.
Me eche a reír, tanto que luego tuve que pedirle perdón, puesto que le molestó que me burlase de él.
Más tarde comimos en su casa, no era exactamente un buen cocinero, pero no lo hacía mal. Reímos mientras comimos pues se le salió un fideo por la nariz por reírse al tragar.
Sobre las 6:30 después de estar un precioso día con Gaspard volví a casa. Nada más entrar, subí a mi cuarto y allí me tumbé en mi cama nueva, la antigua la había roto Gaspard hacia dos semanas, jugando a hacerme placajes, pobre ,se disculpó como un poseso con mi madre pero, ella insistía en que no pasaba nada que de todas maneras ya era hora de comprar una nueva. Pero bueno, me senté y abrí el libro de historia, empecé a estudiar pues el día siguiente a primera hora tenía un examen sobre esto y no me apetecía nada suspender.
Para cuando me di cuenta me había quedado dormida sobre el libro, sólo eran las 3:30 de la mañana cuando me desperté así que baje a la cocina a comer algo, puesto que no había cenado nada y el estomago me gruñía como si fuese un león.
Me comí una manzana y luego fui al baño a ducharme, necesitaba aclararme la cabeza. El agua fría hizo que entrara en vena así que, salí de la ducha empapada, me puse una simple toalla y empecé a escribir una carta, una carta que no daría nunca a su destinatario.
Me había quedado estancada en una frase cuando de nuevo me apresuré a la ventana a causa de un golpe en esta, asta que Gaspard se ruborizó no me había dado cuenta de que tan solo llevaba una toalla cubriéndome desde el pecho asta por encima de las rodillas, por tanto me tapé con las cortinas aunque por la expresión de Gaspard parecía que la sombra de mi cuerpo a través de mis cortinas blancas, le impresionaba aun más.
Sube-susurré
En lo que tardo en subir me había puesto mi pijama, unos pantalones cortos y una camiseta ancha. Antes de entrar llamo a la puerta, me hizo gracia, pensaría que aun estaba con la toalla.
Pasa-dije en un susurro.
Entro aun sonrojado y se sentó en el borde de mi cama, yo, me senté a su lado con mi mejor sonrisa.
¿Qué haces aquí tan tarde?-le pregunte intentando disimular mi entusiasmo porque estuviera en mi cama, a esas horas.
No podía dormir-repuso con una sonrisa.
Se acercó a mi y me abrazo fuerte
Anda, ¿Y si dormimos un rato?-sugirió.
Mi corazón se desbocó.
Sí, claro-repuse sin más.
Nos recostamos sobre mi cama, y, como esta era muy pequeña estábamos pegados, el uno con el otro. No habían pasado ni vente minutos cuando estaba profundamente dormido. Me incorporé y le rocé la cara con las yemas de los dedos, le dije al oído que le amaba y le besé la mejilla, perdí la noción del tiempo y cuando quise darme cuenta estaba profundamente dormida.

Cuando me desperté, estaba literalmente encima de Gaspard, o, más bien tenía las piernas entrelazadas a las suyas y él, los brazos alrededor de mi cintura.
Alex, ¿estas despierta?-dijo él bastante despejado.
Sí-dije entre bostezo y bostezo
Nos levantamos de la cama con pereza, le obligué a darse la vuelta en lo que me vestía deprisa y corriendo, creo que no tardé ni dos minutos. En cuanto estuve vestida salimos disparados hacia la cocina cogimos cada uno una pieza de fruta y nos fuimos, dando un paseo asta el instituto. Durante el paseo le noté un tanto extraño pero no dije nada, tenía miedo a que se enfadase con migo.
Al llegar se despidió de mi con un empujón y una falsa sonrisa y cada uno se fue a su clase.
En cuanto entré en la clase de historia me senté al lado de mi amiga Jenna, típica rubia un tanto tontita, pero bueno era mi amiga. Me saludó con la mano y yo me fui acercando con una sonrisa, me indicó que fuera rápido a sentarme a su lado que tenia que decirme una cosa bastante importante.
Me gusta Gaspard, le voy a pedir salir-dijo en cuanto me desplomé sobre mi silla.
La sangre se me heló en las venas, y, la sonrisa desapareció de mi cara dejando una mueca de puro dolor. Las lágrimas querían huir de mis ojos a borbotones y mi corazón dejó de latir.
No sabia que debía hacer, ¿tenía que enfadarme y soltarla un buen puñetazo en los morros? ¿O tal vez ayudarla a conseguir a Gaspard? No, no y no eso ni en broma Gaspard era mío, llevaba enamorada de el desde que nos conocíamos, pero también, no podía obligarle a quedarse con migo…Estaba en una encrucijada bien grande, no tenía ni la más remota idea de lo que iba ha hacer así que intenté concentrarme en el examen que tenía delante de mis narices.
Cuando fue la hora de comer Jenna y yo fuimos en busca de Gaspard a la cafetería, él, como siempre esta sentado en la primera mesa con su bandeja y otra, para mi, como siempre. Nos sentamos las dos, ella se sentó al lado de Gaspard algo que realmente me molestó, tenía ganas de soltarla un buen sopapo y decirla que aquel hombre era mío.
La comida pasó lenta, lenta los minutos parecían horas, Jenna no se callaba nunca, tonteaba con él todo el tiempo…él intentaba esquivarla, pero no lo conseguía.
Al terminar la comida no pude aguantarlo más, fui a la clase de Gaspard y le quité el casco con las llaves de la moto, en cuanto estuve subida en ella aceleré al máximo quería huir de todo alejarme irme lejísimos y no volver jamás pero, una pequeña parte de mi siempre quedaría, Gaspard mi pequeño, ¿qué haría yo sin su sonrisa, sin sus ojos sin nuestras charlas…?. Sentí como se me humedecían los ojos pero, no quería llorar, así que reprimí mis amargas lágrimas.
Cuando llegué al límite del camino, en donde empezaba el bosque deje la moto y el casco tirados allí y corrí hacia el bosque, no deje de correr asta que alcancé nuestro lugar secreto, unas pequeñas ruinas de una antigua casa de piedra donde el techo estaba cubierto de enredaderas. A partir de ahí no recuerdo nada mas con claridad sólo que Gaspard acudió a buscarme, se enfado muchísimo porque le quité la moto.
Maldita sea Alex. ¿Por qué has tenido que hacer eso?¿no podías haberlo pedido?, eres idiota.- me chilló
Gaspard…por favor compréndeme…estaba mal porque….-dije intentando disculparme.
¡Cállate ya!-me chillo fuera de si.
Entre lágrimas y sollozos corrí en dirección a la carretera sin darme cuenta, para cuando alce la vista solo me dio tiempo a ver la cara de espanto de Gaspard y unas grandes luces acercándose a mi, luego, vino el dolor.
Caía y caía en un pozo sin fondo solo oscuridad y dolor es lo único que puedo recordar de esa enorme pesadilla…

Desperté en una habitación blanca, no era la mía, hace tiempo que había pintado las paredes de mi cuarto de color verde. Era una habitación brillante, las sabanas que cubrían la cama eran blancas. Al intentar levantarme descubrí que estaba enchufada a multiples aparatos, cosa que me pareció extrañísima. Pronto me di cuenta de que estaba en una sala de hospital no sabía muy bien porque así que intenté hacer memoria, para concentrarme miré a mi alrededor y le vi tendido en la cama con vendajes y suero, sólo entonces, los recuerdos llegaron a mi desbordados.
La pelea con Gaspard, su cara de espanto al ver aquel coche encima de mi y luego un cuerpo empujándome…lo demás…sólo aquel pozo sin salida.
Intente incorporarme pero, un dolor intenso me recorrió de arriba a bajo, aun así me levante como pude y paso a paso llegué hasta Gaspard. Le acaricié el rostro con cuidado mientras sollozaba y lamentaba todo aquello, abrió los ojos de sopetón, intento saludarme pero con un gesto le pare y poco a porco empecé a disculparme como una loca.
Lo siento, de verdad no pretendía aquello, pero ¿por qué te lanzaste encima de mí?
No respondió y de repente puso los ojos en blanco y chilló, la maquina a la que estaba conectado empezó a pitar…
Si saber que hacer me tiré al pasillo, olvidado por completo lo entumecido y dolorido que tenía el cuerpo.
¡¡¡ENFERMEEEERAAAA, SOCORRO, AYUDA!!!-grite todo lo que pude desde el suelo, a la vez que intentaba incorporarme aparecieron médicos por todas partes, y aunque me pidieron que me estuviera quiera que si no me tendrían que echar de la habitación, me movía de un lado para otro.
Se va a morir….doctor haga algo por el...se va a morir-repetía una y otra vez.
Dos enfermeras saltaron sobre mí y me tumbaron en la cama, yo me intente escapar y no dejaba de forzarme para ir a ver a Gaspard.
Sentí el frío de la aguja en mi brazo y me revelé chillando y moviéndome sin parar.
Todo se va a calmar ya tranquila-dijo una enfermera un poco mayor pues ya mostraba canas en su rubio pelo.
Y de pronto me relaje tanto que me quede dormida, pero a lo lejos mis oídos captaron una frase que se quedaría para siempre en mi memoria.: -Esto no pinta muy bien…-
Al haberme resistido tanto al calmante sólo que me quedé inmovilizada pero escuchaba todo lo que decían no recuerdo exactamente las palabras pero algo le pasaba a Gaspard.
Horas después me levante, giré instintivamente la cabeza hacia el lugar donde había visto a Gaspard por ultima vez...las lágrimas corrieron a mis ojos cuando la cama de al lado estaba vacía. Corrí hacia recepción.
Disculpe en la habitación 304 b, había un chico, ¿sabe donde lo han llevado?-dije muy nerviosa.
Cariño, lo lamento mucho pero ese chico se ha ido…-dijo la enfermera muy amable.
Gracias-conseguí musitar antes de echar a correr.
Me fui del hospital sin preocuparme de nada, ni de mi ropa ni de lo que me pasaba para estar allí…sólo corría y corría en dirección a la casa de Gaspard. Al llegar me lancé contra la puerta y la aporree con todas mis fuerzas chillando su nombre al viento. Nadie abría, y en un intento desesperado por abrir la puerta me lancé sobre ella con todas mis fuerzas, sentí como el hueso de mi hombro se torcía, mierda – pensé me había dislocado el maldito hombro, pero a pesar de esto sonreí pues la puerta había caído a mis pies.
Conocía la casa de Gaspard como la palma de mi mano e inspeccione toda la casa dejando para lo ultimo su habitación temiéndome lo peor, abrí la puerta con cuidado después de respirar profundamente varias veces.
Cuando miré dentro me quede helada, la habitación vacía y sobretodo fría. Me derrumbé en su cama echa un ovillo sollozando y evocando su sonrisa perfecta.
Las horas pasaban y yo seguía allí en su cama muriéndome por dentro gota a gota pensando en mis cosas pero, no me había ido del hospital hacia horas mi madre, mis hermanos… me levante a la velocidad del viento fui asta mi casa bosque a través, al llegar llame a la puerta cabizbaja. Mi madre abrió la puerta me miró con los ojos rojos, había estado llorando y me pego un buen bofetón en la cara y yo me quede quieta con la cara girad a causa del golpe, dolorida.
Entra en casa- dijo con la voz quebrada.
No la dirigí la palabra nada más entrar en el hall mis dos hermanas pequeñas me abrazaron con todas sus fuerzas.
Alee!estábamos preocupadas!- me dijo Holly.
¡Quita no acapares a Ale que eres una plasta!- reprocho Hailin.
Las aparte como pude y las dije que me llamaran a la cena ellas asintieron y volvieron a discutir por a cual quería más de las dos, me quede mirándolas un momento, pensando en que no eran exactamente iguales, todo el mundo que las miraba decían que eran como dos gotas de agua a ellas les molestaba, me molestaba incluso a mi cuando las confundían, pues estaba clarísimo quien era quien.
Holly y Hailin eran rubias, como mi madre y con los ojos verdes de mi padre, ya rondaban los 10 años, no habían conocido a Robert, mi padre… pues murió cuando ellas tenían apenas unos meses, en un accidente de coche. Rápidamente me deshice de esos pensamientos y subí corriendo las escalares asta llegar a mi habitación. Me puse el pijama y me senté en el alfeizar de la ventana para ver las estrellas.
Alex, ¡a cenar!- chillo mi madre.
Baje a la cocina y me senté a la mesa, mi madre nos sirvió la cena la cual devoré como si no hubiera comido en días y días.
Después de cenar iba a subir a ducharme pero, mi madre me paro y me llevo asta el salón.
Alexandra, ¿cómo has podido hacerme esto?-dijo mi madre, dolida.
¿El qué se supone que te he hecho?-respondí pensativa.
Alexandra te atropello un camión y, hubieras muerto de no ser por Gaspard Urlk que se metió por medio y te empujó lejos. Has estado una semana en cama sin levantarte, tus hermanas han tenido que quedarse en el pueblo de la tía toda la semana y a la primera de cambio coges y te vas si decir nada no tienes nada pero no te despertabas podrías haber muerto...-se le quebró la voz y comenzó a llorar.
Mamá, tranquila no pasa nada estoy bien, lamento mucho haberme ido sin avisar pero tenía que hacer una cosa urgente mamá…respira hondo.- la dije intentando tranquilizarla.
Vete a tu habitación por favor y no salgas hasta mañana- dijo en un susurro.
La deje en el salón tapándose la cara con las manos y aun sollozando. Y yo, llena de remordimientos subí lentamente la escalera, jamás se me había echo tan larga.
Al llegar a mi habitación la cama estaba desecha, y yo no había sido puesto que no me había sentado en ella, me asusté e instintivamente agarre la raqueta de tenis que tenía detrás de la puerta encendí la luz, la raqueta se calló de mis manos y los ojos se me humedecieron.
Gaspard-dije sin aliento.
Corrí asta él y le abracé con todas mis fuerzas ya llorando. Él me devolvió el abrazo y me acarició el pelo mientras musitaba: -tranquila, shhh y me mecía entre sus brazos.
Gaspard-musite incorporándome para mirarle a la cara.
¿Qué?- preguntó.
Dime por qué lo has hecho- le insistí.
¿Qué por qué?, Alex… porque te quiero, porque sin saberlo me he enamorado de ti.-dijo mirándome a los ojos
Esas palabras entraron en mi cabeza llenando todo mi ser de luz, tanto que, me sentí completa.
Él quito una lágrima que ya corría por mi mejilla se acercó y me beso.
Fue un beso apasionado un beso con amor y con furia, un beso con desesperación, el beso que los dos tanto ansiábamos, nos fundimos como uno solo en ese beso y juntos permanecimos hasta quedarnos completamente dormidos.

lunes, 2 de marzo de 2009

Celos, la parte más cruel del amor.

Este pequeño relato trata de aquellos días que me marcaron para el resto de mi vida:


Aquella noche de Enero todo cambió en mi vida; estaba sentada en mi sofá viendo la tele con mi mejor amiga; Mi familia y yo habíamos ido esa noche a cenar fuera pero me llevaron pronto a casa porque iban a pasar la noche con mis tíos de California y yo preferí quedarme en casa e invitar a una amiga a dormir, Jacqueline o como yo la llamo Jacky. Estábamos viendo una película de miedo, por lo tanto estábamos asustadas; "El asesino está abriendo la puerta cuando de repente..." El teléfono sonó y se me helo la sangre en las venas, tener miedo es algo que odio por encima de todo pues me parece estúpido e infantil tener miedo por una película pero en fin...Me levante de un salto y lo cogí, era Aurora la madre de Jacky le pasé el teléfono, se pasaron un buen rato hablando mientras yo picaba algo. Volvió junto a mi con la sonrisa apagada y cabizbaja.
¿Qué pasa?- pregunté.
Me tengo que ir Edith-musitó.
Pues nada vete tranquila que no pasa nada.-dije secamente.
Me fastidió muchísimo aquello pero pensé que podría llamar a Hugo.
Descolgué el teléfono y marque aquel número el que tiempo atrás tanta vergüenza me había dado.
¿Diga?-Contestó una voz conocida.
¿Eres Hugo?-pregunté temerosa.
Yo sí y tu Edith-dijo seguido de una carcajada-Pero bueno dime qué querías.
A qué mira estoy sola en casa porque mis padres se han ido y acabo de ver una película de miedo, y…tengo miedo-reconocí.
Él se rió por lo bajo y me dijo que estaría encantado de venir.
Muy bien pues hasta ahora- contesté y colgué el teléfono.

Subí a mi habitación como el alma que lleva el diablo y me cambié. Me puse mi pijama de ovejitas tan bonito; en ese momento el timbre sonó y baje casi rodando las escaleras, me mire un momento al espejo de la entrada; perfecta pensé.
Abrí la puerta cautelosa y él apareció con una rosa en la mano.
Hola-dijo con su gran sonrisa.
Hola, ¿y esa rosa?-pregunté.
Pues es roja, tu preferida, ¿no?-dijo confuso.
Em, si, tranquilo-contesté.
Hugo fue al sofá mientras yo dejaba aquella preciosa rosa metida en agua.
Al llegar al salón me senté junto a él y me paso el brazo por la cintura.
Estuvimos viendo la tele un rato corto me gire para ver que hacia y me estaba mirando fijamente.
Me quede mirando sus ojos perdida en ellos volaba y volaba dentro de sus ojos marrones, nos acercamos más y más hasta que nuestras narices se rozaban, me acerqué a su oído y mientras le susurraba que me encantaban sus ojos él me besó levemente los labios.
Pero, Hugo ¿qué haces?- conseguí musitar.
Shhh, calla- respondió.
Seguimos más y más tiempo comiéndonos con los ojos mientras él se acercaba poco a poco, lentamente.
En ese momento no hizo falta hablar pues con una sola mirada todo se dijo en ese instante, yo sabía que el me amaba y él que yo lo necesitaba.
Me enredaba en su pelo mientras él me besaba levemente…
Te quiero- le susurre.
Y yo-contesto con su hermosa sonrisa perfecta.
Edith, solo quiero que sepas que ahora, estamos juntos y que no voy a dejar que te pase nada nunca-me dijo muy serio.
Claro-respondí.
Las horas se pasaron tan rápido que no me dio tiempo de saborearlas, la puerta se abrió y mis padres aparecieron en la puerta de mi habitación en el mismo instante en el que Hugo se había metido en el baño de mi cuarto...
Me voy a duchar ahora bajaré a desayunar, hasta ahora- dije con el corazón en el puño mientras les cerraba la puerta en la cara.
Abrí la puerta del baño cautelosa.
¿Se puede?- pregunte algo tímida.
Sí, pasa- respondió.
Al abrir la puerta me cogió en brazos y me elevo hacia el cielo.
Mi pequeña estrella ¿qué tal has dormido?-me dijo sonriente.
¡Hugo!, que estás mis padres.-le reproché bajito.
UPS- rió alocadamente.
¿Crees que podrás huir por la ventana si que mis padres te pillen?-le pregunte
Sólo me voy si me prometes que en cuanto desayunes te vienes conmigo el resto del día ¿qué dices?-me propuso con su voz de niño.
¡Chantajista!, claro que voy pero espérame- contesté.
Me besó antes de bajar por la ventana casi matándose mientras se agarraba al canalón.

Me duché casi en medio minuto, me puse el vestido morado, mi favorito y bajé a desayunar. Mis padres me esperaban sentados a la mesa.
Esta noche me voy a quedar en casa de una amiga a dormir.-Dije mientras me metía una tostada en la boca.
Bueno, ya veremos Edith.- reprochó mi padre.
Con la tostada en la boca me marché corriendo hacia la puerta trasera donde Hugo me esperaba.
¡Estás guapísima!- dijo en cuanto salí por la puerta y se quedo mirando me arriba a bajo unos minutos.
Me puse roja de inmediato y terminé de tragar los últimos trozos de tostada a regañadientes.
Bueno vayámonos, ¡nos espera un gran día!- casi grito de emoción.
Me dio la mano y comenzamos a caminar. Aquello, me llenaba de vida, pues yo bebía de todas sus sonrisas y miradas como aquel que vive del agua.
En esos momentos me sentía la persona más feliz del universo, la persona más afortunada, todo era perfecto con Hugo a mi lado riendo.
¿Quieres que nos sentemos debajo de aquel árbol?- me propuso de repente.
Le miré indecisa, él se tomó aquella mirada como que estaba cansada y se encaminó hacia allí tirando de mi con fuerza.
Me hizo recostarme sobre el mientras me acariciaba el pelo en ese momento mis tripas rompieron el silencio, y para rematar Hugo empezó a reír tanto que se le saltaban las lágrimas; empecé a sentirme avergonzada.
Anda, vámonos a merendar que no has comido nada- dijo antes de que el color corriera a mis mejillas.
Iba a protestar pero mis tripas me delataron provocando de nuevo la risa disimulada de Hugo.
Entramos en el primer bar que encontramos y me invitó a comer, aunque al principio me negué.
Habíamos estado tanto tiempo que al salir del bar-restaurante ya había anochecido. Yo esperaba fuera mientras Hugo pagaba.
¡Guapa!, ven a estar un rato con nosotros, te lo vas a pasar bien- dijo un chico moreno mientras sus amigos se reían.
En ese momento salió Hugo me dio la mano y nos encaminamos hacia la calle.
¡Deja a ese inútil y ven con nosotros belleza!- instó el chico.
Hugo apretó el puño con fuerza y respiro hondo varías veces.
¡No sabes lo que te voy ha hacer como te pille pelirroja!- río el muchacho.
Hugo se dio la vuelta y se lanzó sobre el a puñetazo limpio. El miedo me paralizó por completo cuando vi como los otros cuatro chicos se acercaban a ayudar al amigo en el suelo armados con puños y palos.
En ese momento salí corriendo hacia ellos; les empuje, escupí, mordí…
Dos de ellos me sujetaron los brazos y me obligaron a ver como entre los otros tres pegaban una paliza mortal a Hugo, les suplique no sin lágrimas en los ojos que le dejarán que les daría lo que fuera pero que lo soltaran.
Cuando se apartaron de él, le pude ver en el suelo destrozado, medio muerto e insconciente; me solté de los chicos como pude y casi volé hasta él pero, en medio del camino me topé de lleno con un pecho duro y frío, caí hacia atrás y cuando me levanté algo aturdida los cinco me rodeaban amenazadoramente.
¿A dónde ibas guapa?-exclamo el más grande y fornido de todos, los demás le rieron la gracia.
Dejadme en paz ya habéis echo lo que queríais ahora ¡fuera ya!- grité desesperada.
Rieron y cerraron el círculo mucho más; dos de los que tenía detrás me sujetaron hasta hacerme daño, el más grande rasgó mi vestido hasta la cintura no paré de chillar hasta que uno de ellos me tapó la boca.
Tranquila si te va a gustar preciosa-río el que estaba enfrente de mi bajándose los pantalones.
Se acercó a mi rompiendo mucho más mi vestido, patalee y le mordí la mano al que me tapaba la boca, chillé tanto que el dueño del restaurante salió a ver que ocurría y los chicos salieron corriendo.
Me arrastré hasta Hugo como pude, le abracé y suplique que no le pasara nada; pocos minutos después la ambulancia apareció y nos llevo a los dos al hospital más cercano, en el trayecto me quede dormida abrazada a él.
Cuando desperté estábamos los dos en una habitación del hospital el uno junto al otro, me levante de un salto y me acerqué a él. Le acaricié el rostro con la punta de los dedos sollozando, tenía la cara destrozada y estaba tan pálido, en ese momento despertó mirándome con sus ojos cansados me sonrío todo lo que su maltratada cara le pudo permitir.
¿Estas bien?- pregunte nerviosa.
Sí, tranquila-respondió en un susurro.
Tiro de mi para que lo abrazara y me besó con furia y pasión, con tristeza, con cariño. Me besó como si fuera el último beso, nuestro último beso. Me abrazó tan fuerte que hasta el último hueso de mi cuerpo crujió.
Edith-dijo en un susurro apenas audible.
Dime, ¿necesitas algo o qué?-dije preocupada.
Te quiero y siempre lo voy ha hacer porque, eres el amor de mi vida y lo mejor que me a pasado. Te amo Edith- Se le acabó la voz al terminar de pronunciar mi nombre y cerro los ojos poco a poco.
Estará cansado pensé, al poco rato le zarandee quería decirle unas cosas importantes. No se movía y estaba tan frío…
¡NO!- chille- Hugo por favor no me hagas esto por favor, te lo suplico por favor no, Hugo…
Al día siguiente vestida de negro y con lágrimas en los ojos, fui a despedir al amor de mi vida para siempre. Se fue lejos, para no volver más. Me sentí sola, fría incompleta me sentía tan estúpida…
Sin él ya nada tenía color y en su ausencia mi mundo gris se volvió gris, a veces el aire me traía recuerdos de su olor y el viento jugaba con su risa en la distancia.
Y un buen día cogí un folio y en el escribí esta historia para que el mundo la sepa, para que aquellos que aman me entiendan y para desahogarme.
Que todavía recuerdo aquellas últimas palabras y el sabor del último beso con el que Hugo selló mis labios que no volvieron a sonreír jamás.

Se me cae el mundo encima...

La verdad es que no se ni por donde empezar, tengo ganas de decir tantas cosas y no tengo ni idea de cómo explicarlas... describir sentimientos es difícil, y más cuando sientes tanto al mismo tiempo, cuando llevas noches sin dormir porque lo único que hay en tu cabeza es una persona, cuando intentas distraerte con chorradas pero te resulta imposible, porque no quieres dejar de pensar, porque no quieres que él desaparezca de tu mente ni un segundo, porque quererle te paraece lo mejor que te ha pasado nunca y que él te quiera te parece más increíble que si saliera Zapatero elegido Mister España, y no tienes ni idea de cómo corresponderle para que se de cuenta de lo mucho que te importa, que lo único que quieres e s hacerle feliz... no sé, las palabras no son suficientes, o por lo menos yo no conozco las adecuadas... solo sé que me encanta sentir esa complicidad, me siento bien con él, me gusta ver las cosas con sus ojos, ya sean negras, marrones oscuras, con forma de oveja, de oso, de cabra... me da igual, es... perfecto. Es perfecto.Ya sé que no tiene sentido que me desespere, que pierda la paciencia o que me vuelva loca a estas alturas...pero es que hay veces que me siento... fatal. Dicen que nadie es imprescindible. Y o a veces lo pongo en duda. Puede que tu no seas imprescindible para alguien, pero y si alguien si que lo es para ti? pues ahí está lo jodido... cómo se hace para vivir sin que millones de ranas salten continuamente por tu barriga a todas horas? pues no lo sé. Es otra más de las millones de preguntas estúpidas que suelo hacerme cuando se me cae el mundo encima.